Desde siempre la humanidad se ha caracterizado por tener la necesidad de contar historias y claramente esto hace parte de la manera como dejamos la huella y trascendemos en este universo lleno de voces. Desde hace mucho, por no decir que siempre, las personas han utilizado las historias para transmitir algo: un mensaje que se mantendrá vivo por siempre. Encontramos en las historias una manera de llevar mensajes sobre tradiciones o experiencias de una generación a otra. El storytelling o la necesidad de contar historias es una parte indispensable de lo que nos hace humanos. A través de las historias, podemos compartir nuestras experiencias, transmitir conocimientos y conectar con los demás de una manera única y poderosa.
Pero qué sería de las historias si no tenemos a quién contarlas. Una de las claves de un buen storytelling es conocer a quién le estás hablando y adaptar tu historia a sus intereses y necesidades. Las historias tienen el poder de conectarnos con otros. Cuando compartes algo con tu oyente o lector, creas una conexión emocional que te hace sentir cercano a otros. Las historias son la mejor manera de comunicar información de manera significativa.
Desde una perspectiva más individual, la motivación tras querer contar una historia puede llegar a ser muy poderosa. En algunas oportunidades esta motivación está dirigida a compartir una lección de vida, transmitir valores culturales o incluso compartir creencias. Cuando sentimos la necesidad de contar una historia que deje una enseñanza, estamos aprovechando el poder de la narrativa para comunicar un mensaje importante. Estas historias pueden inspirar, motivar y guiar a quienes las escuchan, ofreciendo una perspectiva única y personal sobre la vida y lo que tú como narrador has aprendido de ella. Las historias también nos permiten transmitir identidad y sentido de pertenencia. A través de las historias, podemos mantener viva nuestra herencia cultural y compartir nuestra visión del mundo con los demás. La motivación para contar una historia va más allá de simplemente entretener; es una forma de conectar con los demás a un nivel más profundo, compartir nuestra humanidad, y dejar una marca duradera en el mundo.
Ahora bien, todos tenemos historias que contar y maneras de hacerlo. Existen infinidad de formas diferentes de contar una historia, y la elección de cómo hacerlo dependerá de la historia que quieras contar, a quién la quieres contar y el efecto que deseas lograr en ellos ¿Quieres emocionar, enseñar, motivar o solo contar tu historia? Puedes decidirte por contarla de manera oral o escrita, incluso de forma visual. La clave está en adaptar tu historia para crear una experiencia única.
Si optas por la narración visual (una de nuestras formas preferidas de contar historias), debes asegurarte de que tus ilustraciones conecten con el lector tanto como tus palabras. La relación entre el texto y las imágenes debe transmitir tu mensaje de manera efectiva; cada elemento debe complementar al otro para lograr una narrativa completa. Mientras el texto puede presentar diálogos, las imágenes proporcionan contexto al lector. En una historia ilustrada, la relación entre texto e imagen deberá ser equilibrada, trabajando juntos para crear una experiencia cautivadora.
Para concluir, recordemos que contar una historia simplemente requiere un profundo deseo de compartirla con el mundo. Encuentra inspiración en tus experiencias y reflexiona sobre lo que deseas transmitir. Dedica tiempo a editar y revisar tu historia, y no dudes en buscar retroalimentación de personas cercanas. Son las historias que contamos y que nos cuentan, las que moldean lo que somos, en lo que creemos y lo que creamos, así que hay que aventurarse a contar cosas para seguir construyendo el mundo que soñamos. ¿No sabes cómo contar la historia de tu marca?
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