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Foto del escritorAngela Acuña

Psicología e ideas… ¿Por qué nos auto-denominamos creativos?

No sé si a todos los “creativos” les pasa, pero hay muchos días, la mayoría diría yo, en los que no me siento creativa. Y hoy reflexionando sobre la creatividad y volviendo a la duda sobre qué hay tras una idea me pregunto, ¿Por qué en el medio del arte y diseño nos auto-denominamos creativos? ¿Qué tiene nuestro trabajo de diferente para considerarnos a todos mentes creativas? y más importante aún ¿Somos todos en realidad creativos en nuestro campo?

El medio está saturado de “ejercicios para activar la creatividad” o “juegos para equipos más creativos”, y empezamos con ello a tomar la creatividad como algo más tangible, una habilidad que se puede entrenar; un logro: algo que todos podemos alcanzar si nos esforzamos lo suficiente. Realizamos estos ejercicios con ánimo para activar nuestras mentes, pero luego caemos de nuevo en el inevitable vacío de las no-ideas, un espacio donde nada fluye, allí donde nuestra mente se detiene y nos critica por sobreesforzarla. No todos los días se puede ser creativo, y a veces forzarnos a serlo puede resultar contraproducente, generar frustraciones y terminar con resultados sin trasfondo. Hemos traído hoy este tema porque es necesario que demos un paso atrás, y revisemos qué cosas nos están afectando al momento de crear.


Con esto en mente, vuelve a nosotros la pregunta: ¿Somos en realidad creativos por movernos en este campo del arte, diseño y comunicación; o podemos todos serlo en nuestra propia rama de conocimiento?

Buscando en la RAE el término “creativo”, llamó mi atención que no solo se habla de “quien posee o estimula la capacidad de creación, invención, etc.”, sino también del “profesional encargado de la concepción de una campaña publicitaria”. Volvemos a la auto-denominación de creativos, y creo que es momento de quitarnos esa presión de encima y comprender que el “creativo” puede ser cualquier persona de cualquier rama. Puedes ser tú y puedo ser yo, y aún así, podemos no serlo todo el tiempo. Redefinamos este concepto y abarquémoslo desde una perspectiva donde la creatividad pueda darse de forma libre y natural.

Encontramos que esta construcción social de las mentes creativas no es más que una herramienta del mercado para alentar a los equipos a producir más rápido, a ser más eficientes, a crear sin fundamento y rellenar dicho sinsentido con palabras que adornen una idea apenas aceptable.

¡Pero traaaanqui! Que aunque esta frustración puede algunas veces achantarnos, hay formas de darle fuerza a tu creatividad, y hoy te traemos algunos tips:

¿Qué hemos encontrado nosotros en esa búsqueda de la creatividad?

1. Nunca dejes de observar: esta es nuestra regla de oro. La creación no es más que interpretaciones de lo observado, una nueva perspectiva a algo que ya existe.

2. Es más sencillo encontrar ideas en un espacio pensado para ello: oficinas con mesas amplias, incluso compartidas, sin muros divisorios que limiten la vista. Espacios con color, diseño y textura, y claramente, con zonas adaptadas para descansar la mente. En el caso del Home Office, lo mejor es adaptar un espacio específico para la creación, y procurar a diario salir de casa, así sea a caminar 5 minutos. Centrarnos en el problema creativo sin mirar otros horizontes dificulta la creación.

3. Abre tu mente. La creación muchas veces resulta de la unión de varias ideas, conocimientos previos, o cosas que has visto o leído. Ábrete a nuevas ideas, a cosas que no conozcas, incluso que con las que no estés de acuerdo. De todo lado podemos aprender.

4. No le temas a las ideas más arriesgadas o ridículas. A veces desechamos una idea porque la creemos imposible; toma esas ideas y dales la vuelta. Muchas veces allí encontramos un punto de inicio salido de la caja.

5. Encuentra tu ritmo y construye tu propio método. La mente es todo un universo, y el universo de cada persona es diferente. Las estrategias de creatividad pueden ser un punto de inicio, pero siempre será más provechoso construir tú mismo tu propio método de creación. Muchas veces hacerlo de forma estratégica puede ser más sencillo.

Y tú, ¿qué de esto aplicas en tu día a día?

Termino este blog con una invitación a ser conscientes de nuestra capacidad para crear; y no como un constante, sino como algo que se va dando de forma natural, y se complementa con todo aquello que vemos y vivimos. Tal vez esta perspectiva le ayude a nuestra mente a no forzarse, y le de la tranquilidad de tener ideas buenas y malas, constantes e inconstantes.
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